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Yonnatan Santos Preste

HABLEMOS DE LECHERÍA II: LA TECNOLOGÍA

Por Justino Zavala para El Campo



En nuestra anterior entrega hacíamos énfasis en la necesidad de mejorar, ampliar y profundizar nuestra inserción en los mercados internacionales, concluyendo que: de cómo nos insertemos en el Mundo, depende el resultado que vamos a trasladar a los productores, de cómo nos insertemos, depende cuántos productores permanecerán en el rubro o cuántos podrán ingresar al mismo.

Hoy voy a tratar otro de los componentes de ese desafío permanente de hacer crecer y desarrollar la lechería en nuestro País: la tecnología.


Para hablar de aplicación de tecnología necesariamente debemos tener claros algunos principios básicos que, a mi juicio, son innegociables: 1) La base de la producción de leche en Uruguay es el pasto consumido por nuestras vacas mayormente en forma directa. 2) Es un objetivo prioritario mantener la base de productores familiares de nuestro sector. 3) La sustentabilidad ambiental en todos sus aspectos (agua, suelo, emisiones, etc).


Nuestro País cuenta con un importante sistema de investigación en el rubro (seguramente con menos recursos de los necesarios) integrado básicamente por la UDELAR , la UTEC y el INIA. Las dos primeras instituciones con financiamiento público y el INIA con financiamiento público-privado (a esta altura casi exclusivamente privado con el aporte de los productores). Hace ya unos años se constituyó la Red Tecnológica Sectorial con la integración de las instituciones públicas de investigación más INALE, Conaprole, Latu y otras, que le dio una coordinación de objetivos, aprovechamiento de recursos y capacidad de difusión a los resultados del trabajo conjunto de todas las instituciones.


Durante la actual administración (a pesar de algunas demoras casi incomprensibles) se continuó con el modelo, que con algunos cambios pasó a llamarse Red Tecnológica de la Cadena Láctea (RTCL), pero que continúa con el sistema de trabajo en red, que le da eficiencia y eficacia además de permitirnos soñar con que estamos frente a un inicio de política de Estado para el sector. De aquí nacieron a modo de ejemplo, el Proyecto 10-mil de INIA con el manejo 3R asociado, con claros resultados físicos y económicos sobre la alimentación/biotipo bajo distintas condiciones de manejo, los ensayos en CRS de FAGRO sobre distintas presiones de pastoreo y manejo, proyectos todos ellos que permitieron desarrollar investigaciones paralelas, formación de profesionales, etc. También en este marco se iniciaron trabajos para analizar la utilización del sistema de “cama caliente” y su posible combinación con sistemas pastoriles. Hoy están en desarrollo otras investigaciones tendientes a maximizar la producción según la época de parición (INIA) y está culminando en el CRS un proyecto de investigación con 2 modelos: uno más intensivo con uso de ensilaje y concentrados fuera de la sala y uno de manejo simple sin ensilaje (sólo silo pack como reservas) y sin cultivos de verano. Ambos tendrán sus resultados sobre fin invierno. En todos estos proyectos funcionan comités de seguimiento integrados por productores y técnicos de campo que periódicamente evalúan los resultados y participan en el diseño de los mismos.


A partir de los resultados de esta investigación y ensayos, se van construyendo indicadores, rutinas de trabajo, que esperan ser trasladadas a los productores a través de una “red de transferencia de tecnología” que se está poniendo en marcha este año a través de un proyecto FPTA-INIA-INALE que instalará más de 30 predios piloto en todas las cuencas del País.


Con esta breve descripción de lo que hoy se está haciendo en tecnología y transferencia, queremos marcar que hoy no tenemos limitantes para el crecimiento que impliquen estas variables. Contamos con los desarrollos tecnológicos a disposición, probados en campo e incluso adoptados por muchos productores. El FPTA INIA-INALE pretende acercar los diferentes modelos a los productores y técnicos para su adopción.


Tengo muy claro que la tecnología no es neutra y que hay modelos imposibles de aplicar para muchos productores, por eso hay que valorar que los ensayos que se hagan involucren los distintos tipos de productores que hay en nuestro País.


También está claro que la adopción de tecnología pasa por otras variables como la propiedad de la tierra, el financiamiento, la estructura de las familias y también por las perspectivas que se tengan del “negocio” lechero.


De estos temas, trataremos de ocuparnos en próximas publicaciones.




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