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Yonnatan Santos Preste

Normativa vigente en la comercialización de semillaforrajera preinoculada

Por Julio Perrachón para El Campo



El Uruguay tiene una rica y sólida historia de más de 50 años de investigación, desarrollo y control

en la calidad de inoculantes específicos para las diferentes leguminosas, lo que ha permitido un

desarrollo sustentable de las mismas. En los últimos años la tecnología de procesamiento de

semilla ha ido evolucionando hacia tratamientos profesionales que incluyen la inoculación de

la semilla, esta técnica ha sido incorporada por algunas empresas proveedoras de semillas forrajeras.

Estos avances, si bien representan muchas ventajas desde el punto de vista de la practicabilidad y mejor siembra, particularmente en las semillas de leguminosas no se debe descuidar la

importancia que tiene llegar a una población de rizobios adecuada para que el proceso de simbiosis sea exitoso.


En este articulo vamos a contestar muchas preguntas que nos han hecho

llegar productores rurales en la última zafra sobre la comercialización de semilla preinoculada y cuáles son las exigencias que deben cumplir las empresas vendedoras.


¿Cuáles son, los antecedentes nacionales sobre la fijación biológica de nitrógeno?

Nuestro país inició en la década de los sesenta, una política de Estado promoviendo la Fijación Biológica de Nitrógeno (FBN) en leguminosas como alternativa al uso de fertilizantes nitrogenados de síntesis (ejemplo urea). Esta decisión estratégica permitió implementar el sistema nacional de registro y control de calidad de inoculantes para leguminosas, un antecedente de trabajo coordinado del sector público y privado que hizo posible la producción nacional de inoculantes de alta calidad (Altier et

al., 2013).


A nivel país, cada año las pasturas y la soja inoculadas con rizobios realizan un aporte de Nitrógeno (N) proveniente de la atmósfera que puede estimarse en un valor que supera los 450 millones de dólares por año. La legislación sobre inoculantes en base a rizobios se basó en dos principios: 1) el reconocimiento de la importancia de la calidad de los inoculantes en la implantación y productividad de las leguminosas forrajeras y de grano (Catroux et al., 2001; Thompson, 1984), y 2) la preservación de la diversidad microbiana del suelo al autorizar sólo la introducción de cepas debidamente evaluadas.


Es importante recordar que, en sus inicios, el estado uruguayo creó la Colección Nacional de Cepas de rizobios. Inicialmente en el ámbito de la Comisión Honoraria del Plan Agropecuario, y transferida luego al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), fue concebida como una colección abierta y sin fines de lucro. Se integra con cepas de referencia de Instituciones Internacionales y con aislamientos provenientes de diversos proyectos de investigación.


Esta colección constituyó, por muchos años, la base de los Programas de Selección de Cepas para leguminosas de interés agronómico, de donde surgieron las recomendaciones oficiales de cepas para la Industria Nacional de Inoculantes. La Colección Nacional de Cepas de rizobios de Uruguay es manejada actualmente en el marco de un convenio de cooperación interinstitucional entre el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). Por este convenio, el MGAP conserva la titularidad de la Colección e INIA realiza la curaduría de esta. La DGSA/MGAP es la institución que tiene la potestad de recomendar cepas para la formulación de inoculantes para cada leguminosa.



¿Qué es una semilla preinoculada?

Es aquella semilla que mediante procesos de tratamiento especiales aplicados previamente a su comercialización, incorporan microorganismos viables para cumplir con una acción específica o declarada. En este caso se considera que la semilla y los materiales utilizados en los procesos de pre-inoculado cumplen funciones de soporte o vehículos. En muchos casos, en ese tratamiento previo, además de inoculante específico para la leguminosa, se agregan varios productos sobre la semilla, como por ejemplo fungicidas, insecticidas, bioestimulantes y micronutrientes entre otros componentes (Figura 1). Es importante recordar que el objetivo central de una buena inoculación de leguminosas es proveer el máximo número de rizobios vivos en la rizosfera en el momento en que se inicia la nodulación. Teniendo en cuenta estas condiciones, la clave es cuidar el rizobio, por lo cual se debe conocer cómo se comporta con los diferentes productos agregados en el proceso de tratamiento, es decir cuál es su compatibilidad con los diferentes productos. Los estudios de compatibilidad se realizan en el proceso de registro dando como resultado el tiempo que la semilla puede permanecer entre inoculación y siembra sin que se afecte la carga de rizobios mínima necesaria y en consecuencia no se afecten los parámetros de nodulación y producción de materia seca y/o grano. Por esto, es clave que el paquete tecnológico aplicado a esta semilla se encuentre registrado. El Decreto Presidencial 7/99 del 8 de enero de 1999 considera a las semillas preinoculadas como nuevas formulaciones de inoculantes, por lo tanto, deben ser en cada caso validadas agronómicamente previo al registro y consecuente autorización para su comercialización.




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